Tema 3.8
Sexto y Noveno Mandamientos: No cometerás actos, pensamientos ni deseos impuros.
1) Ideas Principales
- Dios es amor y al crear al hombre a su imagen y semejanza, inscribe en él la vocación y en consecuencia la capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunión.
- “Hombre y mujer los creo”. Para el cristiano la diferencia de sexos está incluido en el plan de Dios desde el momento mismo de la creación del hombre.
- El sexto mandamiento nos prohíbe toda acción, toda mirada, toda conversación contraria a la castidad, y la infidelidad en el matrimonio.
- El noveno mandamiento prohíbe expresamente todo deseo contrario a la fidelidad que los cónyuges se han jurado al contraer matrimonio, y asimismo prohíbe todo pensamiento o deseo culpable de acciones prohibidas en el sexto mandamiento.
- El sexto mandamiento nos ordena ser castos y modestos en las acciones, en las miradas, en nuestra conducta y en las palabras. El noveno mandamiento nos ordena que seamos castos y puros aun en lo interior, a saber: en la mente y en el corazón.
- Para guardar el sexto y noveno mandamientos hemos de orar con frecuencia y de corazón a Dios, ser devotos de la Santísima Virgen María, Madre de pureza, acordarnos de que Dios nos ve, pensar en la muerte, en los divinos castigos, en la Pasión de Jesucristo, refrenar nuestros sentidos, practicar la mortificación y recibir a menudo y con las debidas disposiciones los santos sacramentos.
- Para conservarnos castos debemos huir del ocio, las malas compañías, la lectura de libros y diarios malos, la intemperancia, el mirar estampas indecentes, los espectáculos licenciosos, las conversaciones peligrosas y todas las demás ocasiones de pecar.
- El pecado original altera el orden natural: ese apetito o placer se desordena y la razón no domina del todo la rectitud de las pasiones. Dios ha puesto por ello dos mandamientos para ayudarnos a orientar el instinto sexual: el 6º (pecados externos) y el 9º (pecados internos).
2) ¿Qué quiero dar a entender?
La importancia de conocer estos dos mandamientos para alejarnos de todo aquello que nos invita a vivir nuestra sexualidad de una manera desordenada que ofende a Dios.
3) Introducción
La sexualidad es un regalo que Dios nos dio y es algo maravilloso. Al vivirla con dignidad y de acuerdo con lo que Dios nos enseña, vamos a ser muy felices. Dios nos enseña cómo vivirla a través de sus mandamientos. En el Sexto Mandamiento se nos pide no cometer actos impuros.
Hoy en día los medios de comunicación, especialmente la televisión y el cine, presentan como “normal” o “natural” varios de los pecados contra este mandamiento.
Quizá nos vamos acostumbrando a ver esto como si nada, mientras que realmente la masturbación, las relaciones prematrimoniales, la fornicación, la pornografía, la prostitución y la homosexualidad son ofensas a Dios. Todos son actos que van en contra de lo que Él dispuso para nosotros. Son acciones que no nos llevan a ser felices, aunque en las películas nos hagan pensar lo contrario. Lo normal y lo natural es vivir la sexualidad de acuerdo a lo que Dios nos pide que es respetando la naturaleza de la persona que tiene no sólo cuerpo sino también y alma (inteligencia y voluntad).
Sólo así podremos ser felices y vivir plenamente el gran regalo de la sexualidad.
Recordemos que los mandamientos de Dios son un camino para encontrar la felicidad, no un obstáculo.
La lujuria es un pecado capital y es el origen de todos los demás pecados contra el Sexto Mandamiento que es: No cometerás actos impuros. La lujuria es un deseo o goce desordenado del placer sexual. Es el ansia desmedida de satisfacción sexual. El lujurioso es un hombre egoísta y alejado de Dios, sin voluntad y con la inteligencia cerrada a todo lo espiritual.
Los pecados contra este mandamiento se dan cuando se busca el placer sexual fuera de la naturaleza creada por Dios. Al no respetar las leyes de Dios, perdemos la oportunidad de ser felices y de llegar al Cielo.
Se puede pecar: de pensamiento, palabra y de obra.
De pensamiento: Son pecados de pensamiento todos los deseos, imaginaciones, recuerdos, emociones y afectos consentidos con el fin de procurarse un placer sexual. Consentidos significa que lo pensado ha sido querido y buscado por uno. Por ejemplo, averiguar donde venden una revista pornográfica, irla a comprar y verla.
De palabra: Son las conversaciones donde el tema central es el sexo tratado indignamente, sin el valor que tiene.
De obra: Es la acción misma que ofende a Dios.
Hoy en día los medios de comunicación, especialmente la televisión y el cine, presentan como “normal” o “natural” varios de los pecados contra este mandamiento.
Quizá nos vamos acostumbrando a ver esto como si nada, mientras que realmente la masturbación, las relaciones prematrimoniales, la fornicación, la pornografía, la prostitución y la homosexualidad son ofensas a Dios. Todos son actos que van en contra de lo que Él dispuso para nosotros. Son acciones que no nos llevan a ser felices, aunque en las películas nos hagan pensar lo contrario. Lo normal y lo natural es vivir la sexualidad de acuerdo a lo que Dios nos pide que es respetando la naturaleza de la persona que tiene no sólo cuerpo sino también y alma (inteligencia y voluntad).
Sólo así podremos ser felices y vivir plenamente el gran regalo de la sexualidad.
Recordemos que los mandamientos de Dios son un camino para encontrar la felicidad, no un obstáculo.
La lujuria es un pecado capital y es el origen de todos los demás pecados contra el Sexto Mandamiento que es: No cometerás actos impuros. La lujuria es un deseo o goce desordenado del placer sexual. Es el ansia desmedida de satisfacción sexual. El lujurioso es un hombre egoísta y alejado de Dios, sin voluntad y con la inteligencia cerrada a todo lo espiritual.
Los pecados contra este mandamiento se dan cuando se busca el placer sexual fuera de la naturaleza creada por Dios. Al no respetar las leyes de Dios, perdemos la oportunidad de ser felices y de llegar al Cielo.
Se puede pecar: de pensamiento, palabra y de obra.
De pensamiento: Son pecados de pensamiento todos los deseos, imaginaciones, recuerdos, emociones y afectos consentidos con el fin de procurarse un placer sexual. Consentidos significa que lo pensado ha sido querido y buscado por uno. Por ejemplo, averiguar donde venden una revista pornográfica, irla a comprar y verla.
De palabra: Son las conversaciones donde el tema central es el sexo tratado indignamente, sin el valor que tiene.
De obra: Es la acción misma que ofende a Dios.
4) Desarrollo del Tema
Pecados contra estos mandamientos:
Es un acto inmoral ya que es un acto sexual imperfecto e insatisfactorio porque no está orientado a servir de lenguaje al amor y de medio para la procreación. Trae problemas psicológicos y de adaptación en el matrimonio. Para evitarla, lo mejor es encontrar otras cosas que hacer como: tareas culturales, deportivas, sociales y religiosas que den sentido a la vida.
Hoy en día, se habla mucho de las relaciones prematrimoniales, lo vemos en la televisión o en las películas y lo escuchamos en las canciones como algo “normal”. Y quizá, sin darnos cuenta, nos vamos familiarizando con la idea. Vayamos a la verdadera realidad de estas relaciones: Cuando un hombre pretende demostrar su “hombría” teniendo relaciones sexuales con su novia, justamente demuestra su falta de hombría, pues el hombre verdadero sabe respetar a la mujer que ama y sabe controlar sus impulsos.
Es un acto inmoral, porque la sexualidad queda convertida únicamente en el placer que proporciona. El que paga a una persona para que se prostituya con él, mancha su propio cuerpo, templo del Espíritu Santo.
Es un acto inmoral porque ofende gravemente la dignidad de las personas que venden las imágenes de sus cuerpos para crear placer en otros.
Las consecuencias de la fornicación, la prostitución y la pornografía son:
• a la persona humana se le transforma en un objeto de placer
• se le manipula como cosa
• no se le da su inmenso valor de ser persona
• se convierte en objeto de lucro para ganar dinero.
La pornografía crea adicción y se convierte en enfermedad.
La Iglesia no aprueba estas relaciones por ser actos desordenados que no van de acuerdo al Plan de Dios. Sin embargo, nos dice claramente que "los homosexuales deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza". Catesismo de la Iglesia Católica n.2357 y 2358
La violación cometida por parte de los padres, o parientes cercanos (incesto) o de educadores, con los niños que les están confiados. Es un acto muy grave. Es un acto inmoral porque es contrario a la naturaleza del hombre.
5) Compromiso