INTRODUCCION
Vivir en el mundo actual implica enfrentarse diariamente a una serie de hechos y situaciones que son estresantes , angustiosas y que requieren de una adaptación y manejo especial para permanecer serenas.
DESARROLLO DEL TEMA
Tal vez muchas pasamos por tremendas crisis en donde sentimos que la serenidad y el equilibrio no existen. Tenemos tantas cosas en la cabeza que nuestra vida se vuelve un caos y todo el tiempo estamos estresadas.
La vida futura se nos presenta como una incógnita pues no sabemos que nos espera, el no saber que va a pasar nos causa mucho incertidumbre y nos quita la paz
Cuando aceptamos los fracasos y las frustraciones no como derrotas, sino como una oportunidad de crecimiento , estamos alcanzando la tranquilidad que deseamos.
Para lograr entenderse a si mismo y entender a los demás, para lograr ser felices sin ninguna influencia externa, entender que todo lo que necesitamos para lograrlo está dentro de nosotros mismos. Se debe, en primer lugar, entender que todos los humanos tienen un complejo sistema de creencias (cosmovisión) o paradigma, adquirido por influencia social, familiar, educacional, y que con frecuencia dichas creencias adquiridas los perturban mental y emocionalmente, creando infelicidad; en segundo lugar, aprender que se puede modificar el sistema de creencias para conseguir el anhelado equilibrio interior que lleva a la felicidad
Una persona que está en situación de alarma, no piensa, sino que está a merced de unos patrones automáticos de conducta. Por eso nos volvemos irascibles, huimos o atacamos. Por eso es por lo que cuando no hay un peligro físico real, sino tan sólo una amenaza de sufrimiento emocional, hemos de evitar que este mecanismo de alarma controle nuestra vida. Imaginemos que alguien en nuestra casa ha tirado la colilla de su cigarrillo a nuestro suelo de madera. No cabe duda de que esto precisa que estemos atentos y rápidamente la apaguemos. Sin embargo, si por una razón u otra llegara a la central de bomberos el aviso de que nuestra casa está ardiendo y los bomberos empezaran a inundarla con agua a pesar de no ver las llamas, el tamaño del daño generado por esa reacción tan excesiva, sería mucho mayor que el tamaño del daño generado por la colilla en el suelo de nuestra casa. Algo parecido ocurre cuando el mecanismo de alarma de nuestro cerebro se activa de forma inadecuada.
Todos nosotros somos conscientes de cuándo esta reacción se ha puesto en marcha. Puede ser en el trabajo, en la calle o en casa. Basta que alguien haga un comentario poco afortunado o deje de contar con nosotros para una fiesta, para que podamos notar cómo nos tensamos, la respiración se agita y dejamos de pensar con claridad. Nadie nos ha amenazado físicamente, pero nuestro ego ha sido herido y está dolido y airado. Un ego así, siempre pone en marcha el mecanismo de alarma. En medicina conocemos muy bien los efectos tan negativos del estrés crónico y no es otro que la activación sostenida de nuestro mecanismo de alarma.
Por eso les traigo aquí unos tips para ganar ayudarnos a ir hacia una zona más tranquila y ganar un poquito de salud mental.
- Atenta a tus pensamientos: Hagamos una lista de las cosas que nos ocupan en un cierto orden de importancia como el trabajo diario, nuestra vida personal, nuestras metas, la familia, los amigos, los deseos, etcétera. Y de eso, desechemos todo lo que, en realidad, no nos importa, como los chismes de la tele o la oficina, las preocupaciones de otras personas, incluso elimina aquellos que no te ayudan con tu confianza o tu autoestima. Resalta siempre los pensamientos positivos y hazte imágenes mentales de cómo te ves a ti misma logrando tus metas.
- Aléjate de personas tóxicas, esas que todo el tiempo están con quejas, hablando mal de todos, sufriendo por la vida, envidiando a los demás. Esas personas no te ayudan en nada a estar relajada ni a transformar tu mente en un lugar feliz.
- Un momento al día sólo para ti. Por más ocupada que estés debes hacer un esfuerzo para armarte de un espacio en el día en el que no pienses en tu trabajo, amigos, familia…¡sólo tú! Si quieres (y te da tiempo) ve a un masaje en el spa, o un manicure, mínimo tómate un café o un té y piensa en tus sueños y metas, no en cómo vas a lograrlas, sino en el puro deseo.
- La risa como terapia. Si no encuentras a ese amigo o amiga que tanto te hacen reír, entonces renta una película o ve un video en internet que te ayuda a soltar un par de carcajadas. Hacer este ejercicio diariamente te ayuda a despejar la mente y el alma.
- Respira. Cuando sientas que todo te agobia, que estás a punto de reventar por estrés, date unos minutos para respirar lento y profundo, al mismo tiempo piensa en las posibles soluciones a tu problema, dale orden a tu mente y no te dejes llevar por cosas que no sean tan urgentes.
- Un poco de música para el alma. Acompaña tu día con la música que más te guste, canta, tararea, relájate con ella.
- Distracción. Ayuda a tu mente con un recreo al día: haz ejercicio, una buena lectura, ve al cine, juega algún videojuego, medita, busca una actividad que relaje tu mente y mientras la llevas a cabo piensa en cualquier cosa menos en preocupaciones.
CONCLUSION
«No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tú lo exiges. Si observas tu vida encontrarás muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón válida. Lo mismo es aplicable a la felicidad. La única razón por la que eres feliz es porque tú decides ser feliz. La felicidad es una elección, como también lo es el sufrimiento