"Para un buen matrimonio hay que enamorarse muchas veces, siempre de la misma persona"
Valor : Afectivo
Cada vez se oye con más frecuencia y mucha pena de los fracasos en la vida conyugal, se desintegran las familias, tanto de muchos años de casados como los que acaban de empezar su vida juntos. Es frecuente oír que nuestros vecinos que apenas tienen cinco años de unión y se casaron muy enamorados viven hoy en total indiferencia y no hay demostraciones de cariño entre ellos o, lo que es peor, se van a separar.
La vida actual va imponiendo falsas necesidades que obligan a los cónyuges a tener incluso dos trabajos para poderlos solventar, haciendo que la relación se deteriore y ante las cuales debemos estar atentos para reconocer a tiempo los primero síntomas y evitar que se conviertan en un problema grave.
Vamos a mencionar algunas de las interferencias más frecuentes e importantes, pero que si se detectan a tiempo existe la posibilidad de eliminarlas.
Expectativas no cumplidas
Con mucha frecuencia las expectativas de cada cónyuge se ven frustradas por situaciones cotidianas. Al casarnos pensamos que el matrimonio es “miel sobre hojuelas”, sin embargo, es una utopía ya que la vida en común trae consigo multitud de exigencias, como conseguir el sustento diario, tener la casa limpia, atender a los hijos, etcétera. Además, la convivencia constante es difícil, ya que la pareja proviene generalmente de ambientes diferentes, tienen personalidades distintas y, aun por el trato que tuvieron en el noviazgo, las sorpresas se presentan constantemente y no siempre son agradables.
De allí que nuestras expectativas deban ajustarse a la realidad que estamos viviendo y ser flexibles.Esto no significa que vivamos sin expectativas, ya que propiciaría que ninguno hiciera esfuerzos para agradar al otro, pero si que seamos realistas y aceptemos las situaciones como consecuencia de nuestra vida actual.
Necesidades de afecto y aprobación no satisfechas
Durante el noviazgo las demostraciones de afecto son muy frecuentes y una vez casados éstas tienden a disminuir o inclusive a desaparecer. La naturaleza del ser humano requiere de muestras de afecto que le garanticen que es amado y que le brinden seguridad, pero es frecuente que la pareja no ofrezca espontáneamente palabras de elogio, aliento, aprobación o aprecio y sí que se queje, sin embargo, de los errores que comete el otro. La palabra “nunca” debe evitarse porque solo deteriora la relación. Debemos empezar nosotros mismos por manifestar nuestro cariño como quisiéramos que se nos manifieste, trabajar con frases de aliento, demostraciones de afecto, hasta mensajes telefónicos cariñosos pueden hacer maravillas en la vida conyugal.
El engaño
Debemos luchar para que haya acuerdos que nos permitan hacer las cosas que deseamos y no son malas en sí pero molestan a nuestra pareja y al ocultarlo convierte en malo algo que no lo es.
La infidelidad es el engaño más doloroso que puede sufrir una persona y deja una huella difícil de borrar.
Tanto el infractor como la víctima sienten una culpa que sólo el amor y el perdón pueden atenuar, un perdón verdadero que no reproche a cada uno de los cónyuges.
Es triste que en una pareja haya engaños y mentiras que causan mucha desconfianza. Antecedentes En muchas ocasiones el engaño surge para proteger a los hijos de mentiras paternas, situación que deteriora la imagen del padre, lo hace ver como un monstruo y es dañina para el hijo que se acostumbra a que la madre lo solape, formando el engaño parte de su vida.
En otras situaciones el engaño surge por miedo a la reacción del cónyuge, pues se teme provocar enojo o violencia.
Celos enfermizos
Sugen cuando considero que cualquier persona vale más que yo y que por eso vamos a perder a nuestra pareja.
Intervenciones de personas ajenas a la pareja
Aquí el problema radica en que la familia política opina constantemente y en forma destructiva en lo que concierne exclusivamente a la pareja, provocando disgusto entre ellos.
La búsqueda frecuente de la opinión de los padres de familia en los problemas de una pareja, no ayudan a que ésta vaya creando un base de comunicación.
Podemos aceptar los consejos de nuestros familiares, pero siempre verlos desde una perspectiva objetiva y como una referencia para resolver nuestra propia situación.
Comunicación deficiente
No es nada fácil mantener una comunicación eficiente , sobre todo cuando la convivencia es diaria y está contaminada con las actitudes y sentimientos.
Buscar el momento adecuado para poder conversar y ser lo mas clara posible, hablar de la situación del momento, lo pasado ya pasó, no lo vamos a cambiar por mucho que lo queramos repetir... comunicar nuestros sentimientos de la manera mas sencilla que podamos .
Falsos conceptos de la sexualidad
Debido a nuestra educación , hablar de Sexo , siempre nos pone nerviosas y que nuestra educación sexual ha sido casi nula.
El conocimiento de nuestra propia sexualidad nos permite conocernos más como personas, conocer nuestro cuerpo, conocer nuestros gustos, abrirme a la buscar satisfacer las necesidades mias y de mi pareja, en donde el amor y el respeto ésten siempre presentes.
Conclusión
Siempre en todo matrimonio existen interferencias que pueden lastimar la relación, pero de nosotros depende superarlas o al menos neutralizarlas para hacer de nuestra vida en común una mejor experiencia.
La vida actual va imponiendo falsas necesidades que obligan a los cónyuges a tener incluso dos trabajos para poderlos solventar, haciendo que la relación se deteriore y ante las cuales debemos estar atentos para reconocer a tiempo los primero síntomas y evitar que se conviertan en un problema grave.
Vamos a mencionar algunas de las interferencias más frecuentes e importantes, pero que si se detectan a tiempo existe la posibilidad de eliminarlas.
Expectativas no cumplidas
Con mucha frecuencia las expectativas de cada cónyuge se ven frustradas por situaciones cotidianas. Al casarnos pensamos que el matrimonio es “miel sobre hojuelas”, sin embargo, es una utopía ya que la vida en común trae consigo multitud de exigencias, como conseguir el sustento diario, tener la casa limpia, atender a los hijos, etcétera. Además, la convivencia constante es difícil, ya que la pareja proviene generalmente de ambientes diferentes, tienen personalidades distintas y, aun por el trato que tuvieron en el noviazgo, las sorpresas se presentan constantemente y no siempre son agradables.
De allí que nuestras expectativas deban ajustarse a la realidad que estamos viviendo y ser flexibles.Esto no significa que vivamos sin expectativas, ya que propiciaría que ninguno hiciera esfuerzos para agradar al otro, pero si que seamos realistas y aceptemos las situaciones como consecuencia de nuestra vida actual.
Necesidades de afecto y aprobación no satisfechas
Durante el noviazgo las demostraciones de afecto son muy frecuentes y una vez casados éstas tienden a disminuir o inclusive a desaparecer. La naturaleza del ser humano requiere de muestras de afecto que le garanticen que es amado y que le brinden seguridad, pero es frecuente que la pareja no ofrezca espontáneamente palabras de elogio, aliento, aprobación o aprecio y sí que se queje, sin embargo, de los errores que comete el otro. La palabra “nunca” debe evitarse porque solo deteriora la relación. Debemos empezar nosotros mismos por manifestar nuestro cariño como quisiéramos que se nos manifieste, trabajar con frases de aliento, demostraciones de afecto, hasta mensajes telefónicos cariñosos pueden hacer maravillas en la vida conyugal.
El engaño
Debemos luchar para que haya acuerdos que nos permitan hacer las cosas que deseamos y no son malas en sí pero molestan a nuestra pareja y al ocultarlo convierte en malo algo que no lo es.
La infidelidad es el engaño más doloroso que puede sufrir una persona y deja una huella difícil de borrar.
Tanto el infractor como la víctima sienten una culpa que sólo el amor y el perdón pueden atenuar, un perdón verdadero que no reproche a cada uno de los cónyuges.
Es triste que en una pareja haya engaños y mentiras que causan mucha desconfianza. Antecedentes En muchas ocasiones el engaño surge para proteger a los hijos de mentiras paternas, situación que deteriora la imagen del padre, lo hace ver como un monstruo y es dañina para el hijo que se acostumbra a que la madre lo solape, formando el engaño parte de su vida.
En otras situaciones el engaño surge por miedo a la reacción del cónyuge, pues se teme provocar enojo o violencia.
Celos enfermizos
Sugen cuando considero que cualquier persona vale más que yo y que por eso vamos a perder a nuestra pareja.
Intervenciones de personas ajenas a la pareja
Aquí el problema radica en que la familia política opina constantemente y en forma destructiva en lo que concierne exclusivamente a la pareja, provocando disgusto entre ellos.
La búsqueda frecuente de la opinión de los padres de familia en los problemas de una pareja, no ayudan a que ésta vaya creando un base de comunicación.
Podemos aceptar los consejos de nuestros familiares, pero siempre verlos desde una perspectiva objetiva y como una referencia para resolver nuestra propia situación.
Comunicación deficiente
No es nada fácil mantener una comunicación eficiente , sobre todo cuando la convivencia es diaria y está contaminada con las actitudes y sentimientos.
Buscar el momento adecuado para poder conversar y ser lo mas clara posible, hablar de la situación del momento, lo pasado ya pasó, no lo vamos a cambiar por mucho que lo queramos repetir... comunicar nuestros sentimientos de la manera mas sencilla que podamos .
Falsos conceptos de la sexualidad
Debido a nuestra educación , hablar de Sexo , siempre nos pone nerviosas y que nuestra educación sexual ha sido casi nula.
El conocimiento de nuestra propia sexualidad nos permite conocernos más como personas, conocer nuestro cuerpo, conocer nuestros gustos, abrirme a la buscar satisfacer las necesidades mias y de mi pareja, en donde el amor y el respeto ésten siempre presentes.
Conclusión
Siempre en todo matrimonio existen interferencias que pueden lastimar la relación, pero de nosotros depende superarlas o al menos neutralizarlas para hacer de nuestra vida en común una mejor experiencia.
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