Tema 2.1
Las Virtudes y los Dones
1) Ideas Principales.
- Una virtud es la cualidad permanente del alma que nos inclina a obrar bien.
- Las virtudes teologales son: fe, esperanza y caridad.
- Las virtudes cardinales son: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.
- Un don es un regalo que Dios nos da.
- Los siete dones del Espíritu Santo son: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.
- Los doce frutos del Espíritu Santo son: caridad, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, longanimidad, mansedumbre, fe, modestia, continencia y castidad.
2) ¿Qué quiero dar a entender?
Reconocer que el Espíritu Santo nos regala virtudes y dones que nos convierten en personas semejantes a Dios para poder llevar una vida virtuosa.
3) Introducción.
¿Qué regalos recibimos del Espíritu Santo?
- La Gracia Santificante y las gracias sacramentales, gracias actuales y gracias de estado. . Las Virtudes Teologales y las Virtudes Morales,
. Los llamados Siete Dones del Espíritu Santo,
. Los Frutos del Espíritu Santo,
. Las Bienaventuranzas,
. los Carismas.
4) Desarrollo del Tema.
LAS VIRTUDES HUMANAS
La virtud es una disposición habitual y firme para hacer el bien.
Las virtudes humanas son disposiciones estables del entendimiento y de la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras emociones y guían nuestra conducta según la razón y según la fe.
Pueden agruparse en torno a cuatro virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.
La prudencia dispone la voluntad para discernir, en toda circunstancia, nuestro verdadero bien y elegir los medios justos para realizarlo.
La justicia consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido.
La fortaleza asegura, en las dificultades, la firmeza y la constancia en la práctica del bien.
La templanza modera la atracción hacia los bienes sensibles y procura la moderación en el uso de los bienes creados.
Las virtudes morales crecen mediante la educación, mediante actos deliberados y con el esfuerzo perseverante. La gracia divina las purifica y las eleva.
Las virtudes teologales nos disponen a vivir en relación con la Santísima Trinidad. Tienen como origen, motivo y objeto, a Dios conocido por la fe, esperado y amado por él mismo.
Las virtudes teologales son tres: la fe, la esperanza y la caridad (cf 1 Co 13, 13). Vivifican todas las virtudes morales.
Por la fe creemos en Dios y creemos todo lo que él nos ha revelado y que nos propone.
Por la esperanza deseamos y esperamos de Dios con una firme confianza la vida eterna y las gracias para merecerla.
Por la caridad amamos a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios.
LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO
Nuestra vida moral está sostenida por los dones del Espíritu Santo.
Estos son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu Santo.
Los siete dones del Espíritu Santo son:
Sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.
Pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David (cf Is 11, 1-2).
Completan y llevan a su perfección las virtudes de quienes los reciben (prudencia, justicia, templanza y fortaleza).
Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas.
Tu espíritu bueno me guíe por una tierra llana (Sal 143,10).
Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios... Y, si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos de Cristo (Rm 8,14.17)
Los dones del Espíritu Santo son hábitos sobrenaturales infundidos por Dios en las potencias del alma (entendimiento y voluntad) para recibir y secundar con facilidad las mociones del propio Espíritu Santo.
Los dones son infundidos por Dios. El alma no podría adquirir los dones por sus propias fuerzas ya que transcienden infinitamente todo el orden puramente natural.
Los dones los poseen en algún grado todos los hombres en estado de gracia.
Ofrecemos una descripción de los siete dones del Espíritu Santo.
Sabiduría. Nos hace preferir los bienes celestiales a los terrenales y que encontremos así nuestras delicias en las cosas de Dios.
Inteligencia (Entendimiento). Nos hace comprender mejor las verdades de la religión.
Consejo. Nos da a conocer con toda prontitud y seguridad, lo que conviene para la realización nuestra y la del prójimo.
Fortaleza. Nos da la energía que necesitamos para resistir a los obstáculos que se oponen a nuestra realización.
Ciencia. Este don nos hace ver todas las cosas como criaturas de Dios, como manifestaciones de su Poder, Sabiduría y Bondad infinita.
Piedad. Despierta un afecto filial hacia Dios a quien podemos dirigirnos con toda confianza y con una devoción amistosa para cumplir con nuestros deberes.
Temor de Dios. No es el temor del esclavo que sirve al amo porque no lo castigue, sino el temor del buen hijo que teme disgustar al mejor de los padres.
5) Conclusión.
¿Cómo afecta esta realidad a mi vida y mi comunidad?
Darnos cuenta que tenemos dones y virtudes nos servirá para cultivarlos pues recordemos que Dios no da frutos solo semillas.
6) Compromiso.
Revisar el cuadro de defectos y virtudes y elegir tres virtudes que tenemos que desarrollar.
7) Evaluación.
Evaluar a los ocho días.
8) Celebrar.
Se celebrará en Diciembre.
CUADRO DE DEFECTOS Y
VIRTUDES
Soberbia Humildad No escuchar Atención
a los demás
Rigidez Suavidad Rebeldía Docilidad
Venganza Perdón Violencia Dulzura
Impaciencia Paciencia Timidez Confianza
Indiferencia Compasión Se desespera Calma y
sosiego
Pereza Diligencia Pasividad Espíritu
de trabajo
Apego Desprendimiento Inconstancia Constancia
Inpuntualidad Puntualidad
Tibieza Fervor
Quejas Espíritu positivo Pesimismo Optimismo
Desánimo Coraje Amargura Gozo
Tristeza Alegría Materialismo Espiritualidad
Coquetería Recato Despilfarro Ahorro
Crítica Dominio de la lengua Intriga Lealtad
Desconfianza Confianza Autoritarismo Amabilidad
Intolerancia Tolerancia Inflexibilidad Flexibilidad
Dureza de juicio Benevolencia
Justificación Reconocer errores
Impertinencia Sabiduría
Hipocresía Coherencia
Comodidad Privación Vivir sin metas Orden y
planes