domingo, 27 de octubre de 2013

HUMANA BASICO TEMA 1.9 PEDAGOGICO

TEMA 1.9   ACTITUD ANTE EL DOLOR

OBJETIVOS

- Profundizar en el sentido del dolor, para saber caminar hacia la madurez personal


1. ¿Qué es el dolor?

El dolor es una realidad que nos afecta a todos antes o después.

El dolor es compañero inevitable de la vida humana. Somos por naturaleza limitados y lo experimentamos de múltiples manera, la vida tiene un sentido y el sufrimiento también.
 

Dolor

El dolor es una experiencia sensorial (objetiva) y emocional (subjetiva), generalmente desagradable, que surge ante determinadas situaciones o problemas, generalmente relacionados con una pérdida o con un problema que nos afecta de manera importante.
 

Sufrimiento

El sufrimiento va un paso más allá. Es la respuesta cognitivoemocional, que tenemos ante un dolor físico o ante una situación dolorosa.

Es un conjunto de emociones y pensamientos que se entrelazan, adquiriendo mucha más intensidad y duración que el dolor emocional. De hecho, el sufrimiento puede durar indefinidamente, aunque la situación que lo provocó ya se haya solucionado.

La persona   tiene estas reacciones :

 · Cree que se va a enfrentar a un daño físico, psicológico o socia limportante, es decir, se siente amenazada.

· No acepta el dolor o la situación relacionada con el sufrimiento y se rebela: "¿Por qué a mí?, no es justo, no debería ser así", etc.

· Se siente incapaz de hacerle frente, ya que está convencida de no tener los recursos necesarios para vencer la amenaza (solucionar el problema o acabar con el dolor) de manera exitosa, por lo que se siente indefensa.

· Vive un grado importante de incertidumbre.

No sabe cuándo o cómo va a terminar su sufrimiento y en ocasiones piensa que esa situación va a durar siempre.

· Cree que no lo va a poder soportar.

· Predomina un sentimiento de impotencia y de no tener control sobre lo que sucede e incluso sobre sí mismo, que se manifiesta en la intensificación de diferentes emociones: depresión, enojo, autocompasión, etc.
 

Podemos sufrir ante:

· Un hecho real, en el sentido de que está sucediendo en el presente.

· Un recuerdo de algo que sucedió.

· Un hecho imaginario, como cuando vemos con tal claridad una situación que creemos que se va a dar en el futuro, que despierta nuestras emociones.

· El sufrimiento de los demás.
 

4. El sentido del dolor

Estamos en una cultura en la que el sufrir tiene mala prensa. No tenemos motivos para soportarlo, sino medios técnicos para combatirlo.

Hemos caído en una trampa peligrosa: pensar que somos capaces de erradicarlo de nosotros, lo cual es imposible.

Amamos la comodidad, la ausencia de dolores, molestias y esfuerzos físicos, más que cualquier otra cosa precisamente porque no soportamos el sufrimiento. En la actualidad hay métodos y técnicas para evitar el sufrimiento, esto es un gran avance pero también es cierto que hace que disminuya nuestra capacidad de aguantarlo, a base de ahorrárnoslo, e impulsarnos hacia placeres y satisfacciones rápidas.

Aunque con los medios que tenemos para aliviar o paliar el dolor físico, nos encontramos con que antes o después acabamos volviéndolo a experimentar, ¿cuándo?: en nuestra debilidad, en nuestra insatisfacción ante las dificultades ordinarias de la vida.
 

Nuestra cultura se ha vuelto deliberadamente ciega para el dolor: no quiere verlo, lo tapa, lo ignora, lo oculta, lo trivializa, le vuelve la espalda,  sustituirlo por el placer, por  lo fácil, lo cómodo, lo rápido, lo aséptico, lo que no molesta..
 
 

1.-  Lo primero que se necesita para saber qué hacer con el dolor es aceptarlo como algo que está ahí, y que tenemos que encarar: es el momento dramático de nuestra existencia. La primera y más humilde operación del dolor destroza la ilusión de que todo marcha bien: nos pone en situación dramática, y eso requiere ya un modo de expresión. Sin embargo, el que se sobrepone a su dolor, sube más alto; quien acepta esa situación convierte el hecho doloroso en una tarea: la de reorganizar la propia vida contando con esa dramática verdad que se ha hecho presente dentro de nosotros.
 

2.- el hombre doliente experimenta con más intensidad que los demás la faceta de finitud, puede comprender con luces nuevas, la distinción entre lo verdaderamente importante y lo que no lo es. El dolor realiza en nosotros una purificación no sólo externa, en el cuerpo, sino también interior.

En los momentos dramáticos nos dejamos de tonterías, y si el drama es muy intenso, casi todo nos parecerá una tontería, algo que no vale la pena, ni es verdaderamente serio.
 

3º) Sólo ahora, después de señalar estas dos funciones, podemos descubrir el verdadero sentido del dolor: yo sólo puedo afrontar el sufrimiento, sufrir con sentido, si sufro por un algo o por un alguien. El sufrimiento, para tener sentido, no puede ser un fin en sí mismo. Para poder afrontarlo, debo trascenderlo.
 

Todos vivimos situaciones dolorosas, sin embargo podemos tener dos actitudes: vivir el dolor y trascenderlo o generar un gran sufrimiento, compuesto por una mezcla de  emociones negativas intensas, que con frecuencia está causado o aumentado por nosotros mismos: por nuestra actitud ante el dolor y/o por el significado que le damos a éste. Podemos tener por tanto una actitud positiva o negativa.

Cada persona reacciona de manera diferente ante una misma situación. Mientras una persona se desmorona ante el dolor que está viviendo, otra puede encararlo de una  manera distinta y salir fortalecida y más madura. De hecho cada situación la vivimos de diferente manera.
 

La intensidad y duración del dolor que sentimos y nuestra manera de reaccionar ante las situaciones dolorosas, no depende de la importancia de dicha situación.
 

Dependen de:

· nuestra personalidad

· fortaleza afectiva

· estado físico y emocional de ese momento

· las experiencias vividas en el pasado, principalmente durante la niñez

· nuestras creencias sobre nosotros mismos

· el significado que le damos al dolor

· el apoyo social que tenemos y

· nuestra capacidad para: reconocer, aceptar, expresar nuestras emociones

·         Nuestra fé  en Dios
 

El sentido del dolor es algo que cada persona debe buscar.
 

Considerar a Dios como padre y aceptar su voluntad nos dará fuerza para aceptar nuestra debilidad y  nos consolará 

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