OBJETIVOS
- Profundizar en el sentido del dolor,
para saber caminar hacia la madurez personal
1. ¿Qué es el dolor?
El dolor es una realidad que nos afecta a todos antes o después.
El dolor es compañero inevitable de la vida humana. Somos por
naturaleza limitados y lo experimentamos de múltiples manera, la vida tiene un
sentido y el sufrimiento también.
Dolor
El dolor es una experiencia sensorial (objetiva) y emocional (subjetiva),
generalmente desagradable, que surge ante determinadas situaciones o problemas,
generalmente relacionados con una pérdida o con un problema que nos afecta de
manera importante.
Sufrimiento
El sufrimiento va un paso más allá. Es la respuesta
cognitivoemocional, que tenemos ante un dolor físico o ante una situación
dolorosa.
Es un conjunto de emociones y pensamientos que se entrelazan, adquiriendo
mucha más intensidad y duración que el dolor emocional. De hecho, el
sufrimiento puede durar indefinidamente, aunque la situación que lo provocó ya
se haya solucionado.
La persona tiene estas
reacciones :
· Cree que se va a enfrentar a un daño
físico, psicológico o socia limportante, es decir, se siente amenazada.
· No acepta el dolor o la situación relacionada con el sufrimiento y
se rebela: "¿Por qué a mí?, no es justo, no debería ser así", etc.
· Se siente incapaz de hacerle frente, ya que está convencida de no
tener los recursos necesarios para vencer la amenaza (solucionar el problema o
acabar con el dolor) de manera exitosa, por lo que se siente indefensa.
· Vive un grado importante de incertidumbre.
No sabe cuándo o cómo va a terminar su sufrimiento y en ocasiones piensa
que esa situación va a durar siempre.
· Cree que no lo va a poder soportar.
· Predomina un sentimiento de impotencia y de no tener control sobre
lo que sucede e incluso sobre sí mismo, que se manifiesta en la intensificación
de diferentes emociones: depresión, enojo, autocompasión, etc.
Podemos sufrir ante:
· Un hecho real, en el sentido de que está sucediendo en el presente.
· Un recuerdo de algo que sucedió.
· Un hecho imaginario, como cuando vemos con tal claridad una situación
que creemos que se va a dar en el futuro, que despierta nuestras emociones.
· El sufrimiento de los demás.
4. El sentido del dolor
Estamos en una cultura en la que el sufrir tiene mala prensa. No tenemos
motivos para soportarlo, sino medios técnicos para combatirlo.
Hemos caído en una trampa peligrosa: pensar que somos capaces de erradicarlo
de nosotros, lo cual es imposible.
Amamos la comodidad, la ausencia de dolores, molestias y esfuerzos
físicos, más que cualquier otra cosa precisamente porque no soportamos el sufrimiento.
En la actualidad hay métodos y técnicas para evitar el sufrimiento, esto es un
gran avance pero también es cierto que hace que disminuya nuestra capacidad de
aguantarlo, a base de ahorrárnoslo, e impulsarnos hacia placeres y
satisfacciones rápidas.
Aunque con los medios que tenemos para aliviar o paliar el dolor físico,
nos encontramos con que antes o después acabamos volviéndolo a experimentar,
¿cuándo?: en nuestra debilidad, en nuestra insatisfacción ante las dificultades
ordinarias de la vida.
Nuestra cultura se ha vuelto deliberadamente ciega para el dolor:
no quiere verlo, lo tapa, lo ignora, lo oculta, lo trivializa, le vuelve la
espalda, sustituirlo por el placer, por lo fácil, lo cómodo, lo rápido, lo aséptico, lo
que no molesta..
1.- Lo primero que se
necesita para saber qué hacer con el dolor es aceptarlo como algo que está ahí,
y que tenemos que encarar: es el momento dramático de nuestra existencia. La
primera y más humilde operación del dolor destroza la ilusión de que todo
marcha bien: nos pone en situación dramática, y eso requiere ya un modo de
expresión. Sin embargo, el que se sobrepone a su
dolor, sube más alto; quien acepta esa situación convierte el hecho doloroso
en una tarea: la de reorganizar la propia vida
contando con esa dramática verdad que se ha hecho presente dentro de nosotros.
2.- el hombre doliente experimenta con más intensidad que los demás
la faceta de finitud, puede comprender con luces nuevas, la distinción entre lo
verdaderamente importante y lo que no lo es. El dolor realiza en nosotros una
purificación no sólo externa, en el cuerpo, sino también interior.
En los momentos dramáticos nos dejamos de tonterías, y si el drama
es muy intenso, casi todo nos parecerá una tontería, algo que no vale la pena,
ni es verdaderamente serio.
3º) Sólo ahora, después de señalar estas dos funciones, podemos descubrir
el verdadero sentido del dolor: yo sólo puedo afrontar el sufrimiento, sufrir
con sentido, si sufro por un algo o por un alguien. El sufrimiento, para tener
sentido, no puede ser un fin en sí mismo. Para poder afrontarlo, debo
trascenderlo.
Todos vivimos situaciones dolorosas, sin embargo podemos tener dos
actitudes: vivir el dolor y trascenderlo o generar un gran sufrimiento, compuesto
por una mezcla de emociones negativas
intensas, que con frecuencia está causado o aumentado por nosotros mismos: por
nuestra actitud ante el dolor y/o por el significado que le damos a éste.
Podemos tener por tanto una actitud positiva o negativa.
Cada persona reacciona de manera diferente ante una misma situación.
Mientras una persona se desmorona ante el dolor que está viviendo, otra puede
encararlo de una manera distinta y salir
fortalecida y más madura. De hecho cada situación la vivimos de diferente
manera.
La intensidad y duración del dolor que sentimos y nuestra manera
de reaccionar ante las situaciones dolorosas, no depende de la importancia de dicha
situación.
Dependen de:
· nuestra personalidad
· fortaleza afectiva
· estado físico y emocional de ese
momento
· las experiencias vividas en el
pasado, principalmente durante la niñez
· nuestras creencias sobre nosotros
mismos
· el significado que le damos al dolor
· el apoyo social que tenemos y
· nuestra capacidad para: reconocer,
aceptar, expresar nuestras emociones
·
Nuestra fé en Dios
El sentido del dolor es algo que cada persona debe buscar.
Considerar a Dios como padre y
aceptar su voluntad nos dará fuerza para aceptar nuestra debilidad y nos consolará
No hay comentarios:
Publicar un comentario