lunes, 3 de marzo de 2014

Tema 3.1 Formación Moral (Pedagógico)

Tema 3.1
Libertad y Conciencia

1) Ideas Principales
  • La libertad es un don gratuito de Dios.
  • Con el pecado original, la libertad del hombre quedó herida, lesionada, inclinada al mal. pero con la Redención de Jesucristo la libertad del hombre ha adquirido una nueva dimensión.
  • Por el pecado perdemos nuestra libertad.
  • La libertad es el poder dado por Dios al hombre de obrar o no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar de este modo por sí mismo acciones deliberadas. 
  • La libertad implica también la posibilidad de elegir entre el bien y el mal. La elección del mal es un abuso de la libertad, que conduce a la esclavitud del pecado. La libertad hace al hombre responsable de sus actos.
  • Nuestra libertad se halla debilitada a causa del pecado original.
  • El Espíritu Santo nos conduce con su gracia a la libertad espiritual, para hacernos libres colaboradores suyos en la Iglesia y en el mundo.
  • La conciencia es la voz de Dios que nos guía y señala el camino recto que conduce a él y como consecuencia nos lleva a vivir en paz y con alegría.


2) ¿Qué quiero dar a entender?

Comprender que la libertad es un don que Dios nos da para que respondamos a su llamado por decisión propia y darnos cuenta que si seguimos responsablemente las acciones que nos dicte nuestra conciencia alcanzaremos la felicidad plena en Dios.

3) Introducción

Pensemos en todos los problemas sociales a los que nos estamos enfrentando en México: corrupción, deshonestidad, indiferencia, mala distribución de la riqueza, desintegración familiar, abuso del poder, violencia, contaminación ambiental, etc.
Cuando hacemos un mal uso de la libertad que Dios nos ha regalado dañamos profundamente nuestra dignidad y la de las personas que nos rodean.
Dios nos creó a su imagen y semejanza y nos regaló inteligencia y voluntad, capacidad para ordenar nuestros actos, nos dio la capacidad de amar y respetar a nuestros semejantes y nos regaló la libertad para tomar nuestras propias decisiones. Además de la libertad Dios nos dio la conciencia que es la voz de Dios que nos inclina al bien.
Recordemos que por la caída de Adán y Eva por el pecado, hemos quedado marcados con la concupiscencia que es una inclinación  hacia el mal, por lo cual todos los días estamos expuestos a las tentaciones que nos llevan a pecar.

Cuando nos guiamos nosotros mismos, y no dejamos que sea el Espíritu Santo Quien nos guíe, vemos la libertad como un derecho a usar desordenadamente las cosas que Dios ha puesto para nuestro servicio.  Surge entonces el conflicto sobre si tenemos libertad o no.  En cambio, cuando nos dejamos guiar por el Espíritu Santo, la libertad la reconocemos como un regalo, como ese agradable “dejarnos llevar”, para ir buscando a Dios.

En resumen:  Dios nos comunica su gracia para que podamos, libremente, escoger su Voluntad, que es nuestra verdadera felicidad.  Y “como lo atestigua la experiencia cristiana,especialmente en la oración”, a medida que nos dejamos guiar cada vez más por el Espíritu, crece en nosotros la libertad y la verdadera felicidad (cf. Catecismo de la Iglesia Católica # 1742). 


4) Desarrollo del Tema

 Libertad, es la facultad natural que tiene todo ser humano para alcanzar su plena realización.Libertad, es mantener nuestra integridad y nunca perder la opción de ejercer nuestra voluntad. Libertad, es asumir con responsabilidad las consecuencias de nuestras decisiones.Libertad, es la fuerza y determinación que nos hace vivir con plenitud nuestra propia vida. Libertad, es lograr que nuestra mente permanezca autónoma e independiente, aunque seamos oprimidos por la represión y la esclavitud. Libertad, es liberamos de’la ignorancia y la superstición. Libertad, es entender y aceptar que todos los seres humanos poseemos iguales derechos. Libertad, es el compromiso y la alegría de ser nosotros mismos.
Libertad, es poder comprometemos con lo que amamos.
Libertad, es mantener levantado el espíritu hacia las estrellas y luchar con valor para alcanzarlas. Libertad, es el don más grande de la humanidad; derecho humano que hasta Dios respeta. Ser libre significa tener el valor de reclamarse a sí mismo, de adueñarnos de nuestra propia vida, de realizar nuestra propia arquitectura y de forjar el mundo que deseamos tener; ser libre significa elegir.el amor como medio de realización y atrevernos a ser hijos de Dios.

"Donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad" (2 Co 3, 17), nos dice el apóstol Pablo. Con la efusión de su Espíritu, Jesús resucitado crea el espacio vital en el que la libertad humana puede realizarse plenamente.
En efecto, por la fuerza del Espíritu Santo, el don de sí mismo al Padre, realizado por Jesús en su muerte y resurrección, se convierte en manantial y modelo de toda relación auténtica del hombre con Dios y con sus hermanos. "El amor de Dios -escribe san Pablo- ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado" (Rm 5, 5).

También el cristiano, viviendo en Cristo por la fe y los sacramentos, se entrega "de modo total y libre" a Dios Padre (cf. Dei Verbum, 5). El acto de fe con que él opta responsablemente por Dios cree en su amor manifestado en Cristo crucificado y resucitado, y se abandona responsablemente al influjo del Espíritu Santo (cf. 1 Jn 4, 6-10), es expresión suprema de libertad.
Y el cristiano, cumpliendo la voluntad del Padre con alegría, en todas las circunstancias de la vida, a ejemplo de Cristo y con la fuerza del Espíritu, avanza por el camino de la auténtica libertad y se proyecta en la esperanza hacia el momento del paso a la "vida plena" de la patria celestial. "Por el trabajo de la gracia -enseña el Catecismo de la Iglesia católica-, el Espíritu Santo nos educa en la libertad espiritual para hacer de nosotros colaboradores libres de su obra en la Iglesia y en el mundo" (n. 1742).

 Este horizonte nuevo de libertad creado por el Espíritu orienta también nuestras relaciones con los hermanos y hermanas que encontramos en nuestro camino.
Precisamente porque Cristo me ha liberado con su amor, dándome el don de su Espíritu, puedo y debo entregarme libremente por amor al prójimo. Esta profunda verdad se halla expresada en la primera carta del apóstol san Juan: "En esto hemos conocido lo que es amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos" (1 Jn 3, 16). El mandamiento "nuevo" de Jesús resume la ley de la gracia; el hombre que lo cumple realiza su libertad de manera más plena: "Éste es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos" (Jn 15, 12-13).

5) Dinámica
Se propone que las asistentes hagan una cadena con eslabones de papel de china color negro y que se la coloquen en sus muñecas, después se irá preguntando a cada una de ellas de qué se quieren liberar: de sus miedos, de sus angustias, de algún vicio, de la envidia, de la soberbia, del rencor, etc. Después de que vayan diciendo "Señor ayúdame a liberarme" de... entonces romperán las cadenas que representan la esclavitud.

6) Compromiso
Visitar al Santísimo para pedirle su gracia para liberarnos de todo lo que nos aleja de Dios.




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